
I
El día empieza temprano para mí
Solo yo escucho al primer pájaro cantar
Luego al segundo y al tercero
Los minutos son más lentos a esta hora
Se ilumina la ventana de enfrente
Una cortina abre sus brazos a la noche que está /por terminar
y una mujer sacude una a una las cobijas de su /cama
II
Una jirafa imaginaria huye de los niños que corren tras ella
mientras veo hacia la nada
No recuerdo la última vez que corrí en ese parque
y perseguí jirafas
Solo recuerdo gritar para que mi madre se asomara
con unas monedas
Ahora estoy del lado de mi madre
y me asomo hacia la nada
III
Suena el tren de las cinco de la tarde
Los vagones se adivinan entre los árboles del parque
El tiempo se detiene, pero el tren no
El recuerdo de mi padre agita los brazos desde la ventana del
último vagón
Mamá y yo corremos para alcanzarlo
IV
Los perros saben de mi oscuridad
por eso no se detienen una segunda vez
frente a mi balcón
Lo esquivan con disimulo
Pretenden no oírme cuando les grito tss tsss
Elijen rutas alternas para ir a ladrarle a la luna
V
No tengo plantas, ni una
No sé cuidarlas
Temo a sus plagas
No soportaría la muerte de ninguna
Arrancarles sus hojas secas
Barrer la tierra que se riegue en el piso
Entrarlas cuando haga mucho frío
Entrarlas cuando haga mucho sol
Hablar con mis amigas sobre plantas
Robarme pies de otros balcones para seguir sembrando
y tener más y más
Prefiero el verde del parque
sobre el que los niños corren
El olor del pasto recién cortado
Los colores de las flores que cuida un jardinero
que nada tiene que ver conmigo
VI
Ya no es mi hermano pero sí que lo fue
lo veía saltar con agilidad elástica
del balcón al parque
su sonrisa desde los columpios era la certeza
de que siempre estaríamos juntos
incapaz de patear una pelota
amaba los perros callejeros como nadie
juntos atendimos varios partos
y convencimos a nuestra madre de llenar la casa de cachorros
muchos contaban historias sobre sus maldades
pero yo no
él era mi hermano
y no había fortuna mayor que ser su hermana
quién diría que un día él olvidaría lo que fuimos
con un vaso de whisky en la mano
que olvidaría el español
y hasta este balcón
hoy que lo evoco desde mi oscuridad
me pregunto si mi pena los habrá inventado a él
y a su recuerdo
VII
La vida entera pasó
y yo de vuelta en mi balcón
miro hacia el parque
y ahí estoy
montada en mi bicicleta amarilla
pedaleando hacia el comienzo del fin
sin imaginar que el adiós de los míos
empezaba al día siguiente
María del Rosario Laverde (Bogotá, 1971)
Editora de Opinión de la revista CAMBIO de Colombia, coordinadora digital de las revistas de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, ha publicado poemas en portales de América Latina, Estados Unidos y Alemania. Publicó con la Universidad Nacional de Colombia el plaquette de poesía Condición de forastera (2010); y con Editorial Aquelarre (México-Cuernavaca) y Planeta (Colombia-Bogotá) Memoria de jirafa, en 2017 y 2019, respectivamente, una serie de relatos autobiográficos. Premio de periodismo Simón Bolívar 2020.
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